16 de novembro de 2012

CHILE


DECLARACIÓN FINAL 
ENCUENTRO AMPLIADO DEL CONO SUR
DE LA PASTORAL CARCELARIA
“El sueño de Dios: un mundo sin cárceles”

Nosotros, coordinadores nacionales y otros agentes de la pastoral carcelaria de los países del Cono Sur y hermanos invitados de los países de la Región Bolivariana, reunidos en Santiago de Chile, desde el 19 al 23 de Agosto, creemos firmemente que Dios nos está hablando en este presente y contexto histórico.
Creemos en la presencia del Reino de Dios entre nosotros, que es posible una sociedad de hermanos y hermanas con estructuras justas y solidarias; para ello y animados por un espíritu comunitario y trinitario, queremos jugarnos con audacia y creatividad apostólica en nuestra misión y organización regional (Aparecida, mensaje final 4).

El mundo de la carcelación es mucho más amplio que la realidad encerrada en los muros de la prisión. Son los privados de libertad, el personal policial y de seguridad, pero también las familias, los juristas y demás profesionales, los comunicadores sociales, los pre y post-carcelarios, en definitiva, la problemática carcelaria atraviesa transversalmente a toda nuestra sociedad latinoamericana, y ahí queremos estar presentes y anunciar con fuerza al Dios de la Vida, en que justicia y misericordia se identifican (Cf. Homilía Benedicto XVI) y dejarnos evangelizar por los presos y presas.
El problema de la cárcel es un problema de todos, por eso nos comprometemos a trabajar con otros actores de la sociedad, generando un tejido social que involucre a empresarios, políticos, Obispos, educadores, comunicadores sociales, trabajadores, comunidades parroquiales, para lograr el camino de la reconciliación y la misericordia, y un cambio de modelo social que no excluya a nadie, único camino de respuesta frente a un sistema punitivo carcelario que no queremos ni creemos sea solución.
Por este motivo, seguiremos denunciando con fuerza que las cárceles son hijas de la injusticia, y junto con nuestros Obispos en Aparecida afirmamos, “que son recintos inhumanos, caracterizados por el comercio de armas, drogas, hacinamiento, torturas y ausencia de programas de rehabilitación” (Aparecida 427). Por eso, una vez más hacemos nuestro “el sueño de Dios: un mundo sin cárceles”.
Pero a la vez, interpelados por nuevos paradigmas en este cambio epocal, hacemos un discernimiento que nos lleva a descubrir los signos de los tiempos en la cárcel y en la sociedad, intentando responder a los grandes interrogantes de la humanidad sobre el sentido de la vida en el presente y el futuro. 

Descubrimos como gracia de Dios el camino recorrido como pastoral desde hace años. Esto nos lleva a dar gracias a Dios por tantos testigos y por una reflexión teológica que seguimos elaborando para que acompañe la vida de nuestra pastoral del Cono Sur, pero también de todo el continente.

Pedimos a nuestra Madre, la Virgen del Carmen, patrona de Chile, su protección y a su hijo Jesús encarnado en los privados y privadas de libertad, la bendición en nuestra tarea profética entre los más excluidos de nuestra sociedad.

Santiago de Chile, 23 de agosto de 2012.